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TDAH

Características

Las dificultades de atención y concentración

Las dificultades de atención, pueden manifestarse en situaciones sociales, académicas o laborales. Deben presentarse en una intensidad desadaptativa, durante un mínimo de 6 meses y en discordancia con el nivel de desarrollo del sujeto.

Estas dificultades, se traducen en:

  • Dificultad para establecer un orden en sus tareas o pequeñas responsabilidades en casa.
  • Le cuesta «ponerse en marcha» (para vestirse, hacer los deberes, tareas domésticas…), ya que se distrae fácilmente con estímulos irrelevantes.
  • Presenta problemas para mantener la atención hasta finalizar sus tareas y tiende a dejar una actividad por otra al poco rato de haberla empezado, dejando varias inacabadas.
  • Pierde u olvida cosas necesarias (agenda, abrigo, bufanda, cartera, juguetes,…).
  • Parece no escuchar cuando se le habla, tiene dificultades para seguir la conversación adecuadamente, así como para seguir las normas de un juego o actividad propuesta, o para obedecer ya que no está atento cuando se da la orden.
  • A menudo olvida sus obligaciones cotidianas (cepillarse los dientes, recoger la ropa,…).
  • Puede tener problemas para seleccionar lo que es más importante, comete errores por descuido en las tareas escolares, laborales u otras actividades, al no prestar suficiente atención a los detalles.
  • Dificultades para prestar atención a dos estímulos alternativos o simultáneos (por ejemplo escuchar y tomar notas al mismo tiempo,…)
  • Con frecuencia evita o se resiste ante tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido y/o un grado de organización elevado.
  • Barkley enfatiza los problemas que tienen para demorar la gratificación y para resistir la distracción entre los principales determinantes de las dificultades de atención. Según sus propias investigaciones, estos sujetos se aburren más rápidamente con su trabajo y sienten una mayor atracción por los aspectos más gratificantes o divertidos de cualquier situación (Barkley, 1995). Por lo tanto se distraen con gran facilidad interrumpiendo su tarea para dedicarse a lo gratificante sin finalizar lo importante.

«CABE REMARCAR QUE LA DESMOTIVACIÓN POR LA TAREA TIENE SU ORIGEN EN UNA MAYOR DIFICULTAD PARA MANTENER SU ATENCIÓN EN ÉSTA Y NO EN LA VAGUERÍA O LA DESGANA»

En este sentido, se ha comprobado que el rendimiento de los sujetos con TDAH disminuye claramente ante tareas poco novedosas o repetitivas. Si la tarea es novedosa, el rendimiento inicial es bueno, deteriorándose a medida que se hace monótona y aumentando la probabilidad de abandono (Orjales 1998). La atención del niño o joven con TDAH, suele ser dispersa y alterarse con cualquier estímulo irrelevante, mantener la atención en las condiciones normales de una clase, puede dificultar en gran medida que  centre su atención en la tarea.

Cuando el síntoma predominante es el déficit de atención, es más difícil detectarlo, puesto que no se presentan en tan alto grado problemas de comportamiento. Con frecuencia estos niños en la escuela son tildados de despistados, pasivos y desorganizados, no molestan en el aula pero tampoco aprenden, su rendimiento no resulta satisfactorio y a veces hay dudas sobre sus capacidades a pesar de que estas sean normales.

La impulsividad

La impulsividad equivale a una falta de autocontrol o incapacidad para inhibir la conducta, presentan dificultades para inhibir-parar la respuesta espontánea. Tienen dificultades tanto para controlar su conducta como para controlar sus emociones (cuando se enfadan no controlan la rabia), como para controlar sus pensamientos (organizarlos, callar algunos..)
Principalmente implica las siguientes dificultades:

  • A menudo tiene dificultades para pensar antes de actuar.
  • Se precipita en el habla diciendo cosas en momentos poco oportunos o respondiendo a preguntas incluso antes de que se le hayan acabado de formular.
  • Poco previsor, falta de planificación (por ej; se ponen a hacer los deberes sin tener el material).
  • Interrumpe o se inmiscuye a menudo en las conversaciones, juegos o actividades de los demás.
  • Se muestra impaciente, con dificultades para aplazar la gratificación inmediata.

Debido a estas características,  realizan comentarios fuera de lugar, tocan o se apropian de cosas que no deben, hacen payasadas,… Además muestran reacciones automáticas (no intencionales o premeditadas), de ira o rabia ante pequeñas frustraciones o situaciones que perciben como amenazas. Tienen muchas dificultades para esperar, guardar turno en los juegos, cola para la comida o en el recreo,… y puede que se muestren quejosos si tienen que esperar o que empiecen a portarse mal. Cuando se les promete una actividad agradable, puede que insistan y la exijan antes de tiempo hasta agotar a los de su alrededor. Estas dificultades que tienen su origen en la falta de autocontrol (impulsividad) hacen que la persona con TDAH parezca exigente y egocéntrica teniendo consecuencias negativas en su adaptación social, escolar y laboral.

Respecto a su rendimiento escolar o laboral, debido a la impulsividad, empiezan las tareas sin acabar de leer las instrucciones correctamente, deben controlar los impulsos para no abandonar una tarea aburrida y para persistir en actividades cuya recompensa se haya a largo plazo. Con frecuencia, cuando realizan tareas aburridas, emplean el menor tiempo posible y parece que hacen un esfuerzo mínimo.

«LA IMPULSIVIDAD PUEDE DAR LUGAR A PEQUEÑOS ACCIDENTES (GOLPES, ROMPER COSAS,…) ASÍ COMO A INCURRIR EN SITUACIONES ALTAMENTE PELIGROSAS POR FALTA DE CONSIDERACIÓN DE LOS RIESGOS ASOCIADOS»

En este sentido, se ha comprobado que el rendimiento de las personas con TDAH disminuye claramente ante tareas poco novedosas o repetitivas. Si la tarea es novedosa, el rendimiento inicial es bueno, deteriorándose a medida que se hace monótona y aumentando la probabilidad de abandono (Orjales 1998). La atención del niño con TDAH, suele ser dispersa y alterarse con cualquier estímulo irrelevante, mantener la atención en las condiciones normales de una clase, puede dificultar en gran medida que el niño centre su atención en la tarea.

La falta de control de impulsos explicaría en gran medida, porqué los adolescentes y adultos con TDAH tienen mayor riesgo de beber alcohol, fumar y tomar sustancias ilegales, así como dificultades para administrar el dinero.

La hiperactividad

La hiperactividad se define como actividad excesiva o inapropiada, ya sea motora (de movimiento) o vocal (hacer ruiditos constantemente con la boca, tararear…). Por actividad inapropiada se entiende por ejemplo moverse (aunque no sea en un grado muy intenso pero si muy constante) en momentos que se requiere estar quieto. Se diferencia de la conducta simplemente «activa» que muestran algunos niños, jóvenes y adultos en el sentido de tratarse – en términos generales – de inquietud no dirigida a fines concretos y productivos, causando problemas de adaptación significativos al que padece el trastorno. Son ejemplos de movimiento no intencional; mover las piernas mientras se escribe, toquetear el vaso con la mano izquierda mientras que con la derecha se come etc.. son movimientos que no le sirven para la actividad que está ejecutando.

Las principales manifestaciones de hiperactividad son:

  • Movimiento frecuente de pies i manos (balancear el pié, dar golpecitos con el lápiz o los dedos, jugar con pequeños objetos..).
  • Se mueve con frecuencia en su asiento (cambiando de postura, balanceándose,…), a menudo se levanta en situaciones donde debería permanecer sentado.
  • Le cuesta entretenerse o dedicarse a actividades tranquilas (acostumbran a tener preferencia por juegos y actividades movidas).
  • Con frecuencia va de un lugar a otro sin motivo aparente, a veces corre o salta en situaciones poco apropiadas. En el adulto sobretodo puede verbalizar sensación de inquietud interna a pesar de ser capaz de estarse quieto.
  • Habla excesiva (no pueden callar en clase, en el cine…). Hacen ruiditos con la boca o tarareo.

«EN LOS NIÑOS LA HIPERACTIVIDAD ES EL SÍNTOMA MÁS LLAMATIVO (QUE NO SIGNIFICA QUE SEA EL MÁS IMPORTANTE) DEL TRASTORNO Y POR EL CUAL LA MAYORÍA DE VECES LOS PROFESORES ALERTAN A LOS PADRES»

En muchos casos, a medida que el niño crece, la hiperactividad motriz en el aula se manifiesta por medio de excusas constantes para levantarse (enseñar la tarea al profesor, ir a buscar algo,…) y exceso de actividad motriz fina (rascarse, cambiar la manera de estar sentado, jugar con el lápiz..) o vocal (hablar con el compañero,…).

En los adolescentes y adultos, los síntomas de hiperactividad adoptan la forma de dificultades para dedicarse a actividades de ocio tranquilas y sensación de inquietud interna, es importante recordar que en el adolescente con TDAH ya no se observa ni detecta la hiperactividad a pesar de tener el trastorno.

En las niñas el grado de hiperactividad suele ser más ligero y manifestado a través de movimiento fino, no obstante sigue siendo exagerado respecto a su sexo y edad.

«CUANDO LA CONDUCTA HIPERACTIVA ES MUY EXAGERADA, PUEDE INTERFERIR NOTABLEMENTE EN EL APRENDIZAJE Y EN LA ADAPTACIÓN ESCOLAR- SOCIAL DEL NIÑO CON TDAH. ¿CÓMO SE PUEDE SEGUIR UNA CLASE? SI AL MOVER LAS MANOS CAEN LOS LÁPICES, AL RECOGERLOS SE GOLPEA SIN QUERER AL COMPAÑERO ESTE SE ENFADA, SE PELEAN…¿Y ESTO OCURRE CONSTANTEMENTE?»

Barkley explica la hiperactividad de estos niños como una conducta hiperreactiva o desmesurada ante una situación, como un problema para inhibir la conducta en este caso motora.

Por otro lado, diversos autores refieren que un grupo elevado de niños con TDAH (aproximadamente el 50%), presentan dificultades de coordinación motriz y estructuración perceptiva. Se ha relacionado estas dificultades con la presencia de ciertos signos neurológicos menores (dificultades en la ejecución de movimientos sucesivos y opuestos con rapidez, dificultades en el reconocimiento de figuras o letras trazadas en la piel, o dificultades en el reconocimiento de objetos al tacto). No obstante, todavía está por descubrirse la relación entre estos aspectos y la implicación con el TDAH (Cabanyés y Polaino Lorente 1997).

Durante la adolescencia o entrada a la edad adulta, la hiperactividad pierde fuerza, dando lugar a una inquietud más interna. Asimismo, el joven o adulto con TDAH puede mostrarse letárgico o hipoactivo durante el día y presentar un rebrote de síntomas por la tarde o por la noche.  A veces tiene dificultades para dormirse debido al bombardeo de pensamientos que experimenta cuando se tumba en la cama.

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